Desde el lunes, la Argentina entera está conmocionada por el juicio que se está llevando a cabo en el país contra o rugbiers imputados por el asesinato de Fernando Báez Sosa (18) ocurrido en enero del 2020 a la salida de un boliche en Villa Gesell, cuando el joven fue brutalmente atacado.
Pese a ese antecedente, otra vez, un grupo de adolescentes atacó a un chico a la salida de una fiesta. Esta vez, la víctima tiene 16 años y, por fortuna, está vivo. “Salvador fue casi otro Fernando Báez Sosa”, dijo Carla, su madre.
El hecho ocurrió en Pueblo Esther, Santa Fe.
Según contó su mamá, el conflicto se generó en la “Fiesta del Tanque”, a la que Salvador había ido con unos amigos y se realizaba en la plaza del pueblo el domingo pasado.
En un monto dado, Salvador regresó a su casa y en la fiesta se quedaron su hermano, Darío, y un primo. Este último habría estado borracho y le habría tirado el trago a uno de los agresores.
Comenzó allí la pelea. Les pegaron a Darío y al primo.
Según la declaración de Carla, fueron entre 15 o 20 que se ensañaron con Darío. “Lo patean en las costillas, en la cabeza, le arrancan el expansor de la oreja y le quiebran un dedo. Unos amigos que pasan por el lugar, lo ayudan a levantarse, pero la patota lo vuelve a golpear”.
Darío logró escapar y se refugió en su casa. La patota lo siguió y comenzaron a destrozar la casa. Darío y Salvador salieron y comenzó la brutal paliza contra Salvador, el chico de 16 años.
"Miguel (uno de los agresores) lo agarra del cuello y lo sostiene para que su hijo Alexis lo golpee en forma salvaje. Ahí tomó un ladrillo y lo golpeó en la cara, causándole la pérdida de un diente y la fractura en dos partes del maxilar inferior izquierdo”, contó Carla.
“Salvador estaba mal, perdía y escupía mucha sangre y se desmayó tres veces porque se broncoaspiraba”, agregó Carla.
El adolescente deberá ser intervenido quirúrgicamente.
Foto: @joosevillagran