La Pampa, Buenos Aires, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego son las más perjudicadas por las altas temperaturas. En tanto el norte y sur de Mendoza, y norte de Neuquén se verían afectados por tormentas severas, además del calor.
Para la Provincia de Neuquén, las fuertes lluvias afectarían las localidades de Loncopué, Picunches, Ñorquín; oeste de Añelo y Pehuenches, y sur de Chos Malal y Minas.
En Mendoza, el foco de advertencia está puesto en las zonas precordilleranas de Las Heras, Luján de Cuyo, las localidades de Junín, Rivadavia y Valles de Luján de Cuyo, de San Carlos, de Tunuyán y de Tupungato, y la zona baja de Malargüe.

Alrededor de las 15hs del día lunes, el SMN había informado a través de la red social X las altas temperaturas registradas en el norte de la Patagonia. Algunas zonas como San Antonio Oeste, Cipoletti y Viedma alcanzaron los 37 y 38 grados.
La alerta amarilla emitida por el organismo determina posibles fenómenos meteorológicos con capacidad de daño y riesgo de interrupción momentánea de actividades cotidianas, por dicha razón se recomienda evitar actividades al aire libre; no refugiarse cerca de árboles y postes de electricidad que puedan caerse; no permanecer en playas, ríos, lagunas o piletas.
Cómo viene el clima en las provinciasEl último fin de semana dos ciudades de la provincia de San Luis, Concarán y Paso Grande, padecieron voladuras de techos, caídas de árboles y cortes de luz a raíz de una intensa tormenta que en pocos minutos dejó al menos 16 familias evacuadas y causó múltiples daños.
Los vecinos de las localidades de Córdoba se mantienen en alerta debido a las continuas lluvias. En los primeros días del mes de enero llovió lo que usualmente se registra en un mes, así lo informó el Observatorio Hidrometeorológico provincial, indicando que habían caído 171 mm superando la media del mes.
En tanto la provincia de Jujuy registró el pasado miércoles el segundo peor temporal en lo que va del mes. Con fuertes precipitaciones, la cantidad de agua acumulada fue significativa provocando inundaciones que arrastraron con los vehículos estacionados en las calles. El problema radica en la dificultad de la tierra de absorber la cantidad de agua que cae.